La evidencia del cambio estacional ya son evidentes, llegan con el frío de la noche y se extienden por las mañanas, cinzento-eterno-escuro.

Tardes ganar la contrarreloj, un día de la carrera amanece y el sol tímidamente, aquí y allí, entre las amenazas de lluvia y vientos que convergen desde todas las direcciones.

También, y que no quedaba ninguna duda, Domingo hoy vino a cumplir el otoño, extendiendo el caos en las calles y magnetizar el sofá de un rojo maduro.

Somos dos, torta que arrastou la mesa y la lluvia que cae.

250 g azúcar 125 g de mantequilla, ablandada 350 g Claras (cerca de 10 unidades) 125 g harina para pastel

100 g de almendra, pelado y picado

30 g Azúcar en polvo
100 g de almendras crudas en tiras

Precaliente el horno a 180 º C. Engrasar con mantequilla y harina, una forma de sobre 24 cm de diámetro. Batir las claras de huevo. Batir el azúcar con la mantequilla hasta que la crema ligera y de color blanquecino. Añadir las almendras molidas y luego un 1/3 la clara, batiendo bien. Añadir la harina tamizada, con una batidora eléctrica a velocidad baja y mezclar sólo tocar la masa. Incorporar las claras de huevo restantes, con cuidado, para que la masa pierde volumen mínimo. Vierta la mezcla en el molde y alisar la superficie con una espátula. Mezclar los palitos de almendra con azúcar en polvo y se extiende sobre la masa. Hornear durante unos 25 minutos o hasta que al insertar un palillo en el centro del pastel salga seco. Retire la torta del horno y dejar enfriar sobre 10 minutos antes de desenformar.