Esta semana fue difícil. Habitus mí con facilidad a la cama y levantarse mas tarde, revertir el proceso se vuelve muy doloroso.

Desde hace algún tiempo que mi reloj biológico va completamente y salvajemente, después de estas semanas de fiesta, Mi jet lag es tal que incluso se ha dudado de si era el padre o yo, que fui a casa de un viaje de un día entero en la distribución de los dones.

Despierta tarde ya sabes-especialmente malo en invierno. Mi estado de bienestar es esencial fotosíntesis y, cuando los días han durado tan poco, aprovechará cada segundo de la luz solar en último Fosse.

Hice un gran esfuerzo para entrar en el ritmo de lo normal y, incluso con todo el insomnio duerme y yo estoy titulado, todas las horas del día que saben mejor.

El viernes, con el ritmo recuperado, no hay un partido que no parece distante y, Depuración de los días ya son más que suficientes para un inocuo mandarina no llamó a los pensamientos más pecaminosos…

125 g la mandarinas confitadas 6 huevos 250 g azúcar

230 g de almendras peladas y picadas

Para espolvorear azúcar en polvo

Precaliente el horno a 160 º C. Engrasar con mantequilla y acorde con el papel de pergamino al fondo de un formulario con 24 cm de diámetro. Corte tangerinas y eliminar los grumos. Moler en un procesador de alimentos hasta que estén hechos puré. Batir los huevos con el azúcar hasta que estén blancas y espumosas y se han triplicado en volumen. Agregue la mandarina y batir hasta que quede una masa alogénico. Añadir las almendras molidas y mezclar suavemente con una espátula. Vierta la mezcla en forma y hornear durante unos 1 hora/1h15 o hasta que al insertar un palillo en el centro de la falda de la torta seca. Retirar del horno y dejar enfriar antes de desenformar. Desmoldar el pastel en un plato forrado con papel film para que la corteza de la empanada no quede agarró al invertir la placa para servir. Espolvorea el pastel con azúcar en polvo.

Servir el pastel con el caldo restante y la mandarina.

Receta adaptada de Bill Granger